Problemas en la vivienda de Abetxuko que alquilaron

Yo no soy tan buena persona como mis compañeros de Atxuri y la gente de Abetxuko. Yo hoy al leer esta noticia no he podido hacer otra cosa que alegrarme, alegrarme porque el Karma paga con su misma moneda a unas personas que decidieron enfrentarse a sus vecinos y enturbiar la convivencia de un barrio pacifico.

Cuando a gente que se dedica a hacer la vida imposible o simplemente a hacerla peor a sus vecinos, amigos… les pasa estas cosas solo podemos alegrarnos. Solo espero que no pierdan la casa y no tengan que recurrir a pedir el desahucio de Los Pichis de la casa como tuvo que hacer la inquilina de la casa ocupada.

Un amigo mio siempre dice: «Si te rodeas de anormales no puede pasarte nada normal». Espero que hayan aprendido la lección y que el Karma ahora ponga el ojo encima de la gente de SoS Racismo Álava.

Os dejo el siguiente texto sacado de esta noticia:

La casera de ‘los pichis’ sale de su casa de Abetxuko

Los vecinos lo achacan a las desavenencias y continuas discusiones con sus inquilinos
Axier Burdain José Ramón Gómez – Miércoles, 21 de Diciembre de 2016 – Actualizado a las 06:11h.

VITORIA- Remedios, la mujer que alquiló parte de su casa de la calle de El Cristo en Abetxuko a la familia Manzanares Cortés y que hasta la semana pasada convivía con ellos junto a su marido en la parte inferior del inmueble, no se encuentra actualmente en su domicilio. Tal y como confirman los propios vecinos del barrio, ella y su esposo han dejado la capital alavesa y se cree que se han dirigido a un pueblo de Burgos, donde el matrimonio posee una vivienda. Aunque, por el momento, no han trascendido las causas exactas de su salida, que ha dejado a los pichis solos en el domicilio de Abetxuko, los residentes en los inmuebles cercanos aseguran que la pasada semana se oyeron varias discusiones a gritos por el vecindario entre la mujer y sus arrendatarios. En la última de ellas, según los testigos, se escuchó cómo éstos le decían a la mujer que se fuera de la casa.

A pesar de que la casera siempre ha asegurado mantener una buena convivencia con los integrantes de la familia Manzanares Cortés, los habitantes de Abetxuko ofrecen un dibujo bien distinto de la situación. Aseguran que el fin de semana pasado se escuchó una fuerte bronca a gritos después de que la mujer llegara a casa y descubriera a cerca de una veintena de personas metidas en el inmueble. A juzgar por las palabras que llegaron hasta el exterior, Remedios les recalcó que sólo los siete miembros del grupo original, dos matrimonios y tres menores, tenían derecho a permanecer en la casa y que únicamente podían ocupar el piso inferior, ya que el superior, a su entender, pertenece a su hija, copropietaria del inmueble.

De acuerdo con el relato que facilitan los residentes, después de abandonar el número 48 de la calle de El Cristo, el matrimonio habría tratado en primera instancia de mudarse al piso que el marido posee en la calle Zadorra, dentro de Abetxuko. No obstante, diferencias familiares podrían haber provocado que la pareja decidiera finalmente salir de Vitoria.

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